Seguro que en alguna ocasión has visto como tus ojos se vuelven rojos y se aprecian con más intensidad pequeñas venas. El enrojecimiento de los ojos se debe a una dilatación de los vasos sanguíneos de la esclerótica, es decir, de la parte blanca del ojo.
Lo más habitual es que éstas desaparezcan por sí mismas espontáneamente y sin requerir de ningún tratamiento. En caso contrario, es decir, que no desaparezcan o que presenten molestias, será necesario acudir a la consulta del oftalmólogo.
¿Por qué aparecen?
Las causas más frecuentes por las que pueden inflamarse las venas de la esclera son:
- Sequedad ocular.
- Alergias.
- Uso de lentes de contacto.
- Conjuntivitis.
- Traumatismo ocular.
Además de estas causas, los ojos pueden enrojecerse por presentar uveítis, herpes ocular, glaucoma, en personas fumadoras, por cambios hormonales en el embarazo, el agua de la piscina, falta de descanso…
Consecuencias de los ojos rojos
Las venas de los ojos pueden llegar a romperse, lo que produce la llamada ‘mancha roja’ que cubre parte de la zona blanca del ojo. Estos derrames oculares no son especialmente graves y suelen desaparecer por sí solos tras varios días.
Y si tengo los ojos rojos, ¿qué debo hacer?
Los oftalmólogos recomiendan tener paciencia ya que desaparecerá en unos días, cuando las venas se desinflamen. Si utiliza lentes de contacto se deben evitar hasta que el ojo esté recuperado. También aconsejan descansar la vista.
Cuando esta situación ocurre frecuentemente, ya sean los ojos rojos o manchas rojas, aparece dolor de cabeza, dolor ocular o cambios en la visión, puede ser síntoma de que existe alguna patología no diagnosticada. Por ello, se debe acudir lo antes posible al oftalmólogo para que valores la situación.