El Glaucoma da síntomas en sus fases avanzadas
El glaucoma se manifiesta con un aumento de la presión ocular que provoca daños en el nervio óptico y alteraciones en el campo visual. En la mayoría de los casos estas alteraciones se producen de manera progresiva e indolora.
Hay que destacar que el glaucoma es una patología totalmente asintomática, es decir, el paciente puede desarrollar esta enfermedad durante años sin saberlo. Una vez comienza a notar una pérdida de visión ya está en fases avanzadas.
La visión perdida durante el desarrollo del glaucoma no se vuelve a recuperar. Es por ello, que los oftalmólogos hablan de la importancia de acudir a revisiones periódicas para detectarlo en las fases iniciales. Aun así, si se cumple el tratamiento pautado la pérdida de visión se frena y se mantiene estable el resto de la vida. ¿Quieres pedir cita en la Unidad de Glaucoma? Puedes prevenir esta patología aquí.
El diagnóstico del glaucoma con sólo 4 pruebas
Para diagnosticar el glaucoma no se debe comprobar solo la presión ocular, ya que hay pacientes que pueden tener una presión ocular alta y no padecer glaucoma.
En primer lugar, es necesario acudir a revisiones anuales a partir de los 40 años en centros oftalmológicos que cuenten con especialistas en glaucoma y con las herramientas necesarias para realizar un diagnóstico preciso.
Si en la revisión rutinaria el oftalmólogo observa algún indicio que alerte de la presencia de glaucoma, será entonces cuando se realicen estas 4 pruebas específicas para diagnosticar esta patología:
- Gonioscopia dinámica. Esta prueba permite determinar si es un glaucoma de ángulo abierto o de ángulo cerrado/estrecho.
- Paquimetría. Así el oftalmólogo conoce si la córnea es fina o gruesa, lo que implica que se infraestima o se sobrestima el valor de la presión intraocular.
- OCT con un módulo de glaucoma Premium para determinar si el nervio óptico está dañado o no. Además, es muy preciso en el seguimiento del glaucoma.
- Campo visual (campímetro de Humphrey) para comprobar si se ha afectado la visión y en qué medida.
Durante el seguimiento que se realiza al paciente se repetirán cada 6 meses la OCT y el campo visual.
¿Cómo se trata el glaucoma una vez diagnosticado?
Más del 90% de los casos empiezan un tratamiento con colirios, que se aplican a diario, para reducir la presión intraocular. Los pacientes que realizan este tratamiento de manera correcta continúan con él a lo largo de toda su vida y mantienen estable la visión, sin aumentar su pérdida.
Una alternativa al colirio es la trabeculoplastia láser SLT, cuya finalidad es facilitar la salida del fluido ocular reduciendo así la presión del ojo. Esta técnica permite evitar o disminuir el número de colirios necesarios en el tratamiento.
Aquellos casos que no responden de manera positiva al tratamiento con colirio o al láser, será necesario recurrir a la cirugía. Esta es la última opción y en ella se intenta reducir la presión intraocular y frenar la pérdida de visión.
Láser SLT, la alternativa a los colirios
La trabeculoplastia láser es la principal alternativa para evitar el uso de colirios a diario o para reducir el número de gotas necesarias.
Cuando no hay un correcto drenaje del líquido denominado humor acuoso se produce un aumento de la presión intraocular. Por ello, al mejorar el drenaje se disminuye la presión.
Para lograrlo se utiliza el láser SLT, que actúa sobre la malla trabecular (estructura del ojo encargada del drenaje) y reduce así la presión intraocular. Además, no deja ninguna cicatriz en el ojo.
Estos son los pasos que se siguen en el procedimiento:
1. Antes de comenzar se aplica un colirio en el ojo para contraer la pupila.
2. Se aplica un colirio anestésico para evitar molestias.
3. Finalmente, se realiza el tratamiento con láser, que es indoloro y dura solo unos 5 minutos.
La trabeculopastia con láser SLT no requiere que se realicen previamente análisis de sangre ni otras pruebas, ya que no es una cirugía.
El descenso de presión intraocular puede durar varios años, y la bajada de presión es mayor en unos pacientes que en otros. Cuando la presión vuelve a subir existe la posibilidad de repetir el tratamiento con láser SLT
Al no ser una cirugía este procedimiento no requiere reposo ni otros cuidados posoperatorios. Tan solo hay que utilizar un colirio antiinflamatorio durante unos días. Se puede hacer vida normal desde el mismo día en que se realiza la trabeculoplastia.
Cirugía de glaucoma mínimamente invasiva iStent
En los últimos años a la cirugía tradicional se le han sumado un grupo de dispositivos que amplían las opciones terapéuticas. Este conjunto de dispositivos ha recibido el nombre de cirugía de glaucoma mínimamente invasiva, la cual se realiza mediante implantes, entre ellos destaca el iStent.
El objetivo de estas intervenciones es reducir la presión intraocular y el número de complicaciones. Además, buscan inducir el mínimo traumatismo quirúrgico manteniendo la anatomía del ojo y lograr así una rápida recuperación.
Según los estudios, el 72% de los pacientes a los 12 meses de ser tratados con iStent seguían sin necesitar medicación para el glaucoma.