La retina es uno de los tejidos oculares más sensibles a la luz. Ésta recubre la parte posterior del ojo y convierte los rayos de luz en impulsos eléctricos que, a través del nervio óptico, llegan al cerebro donde interpretan las imágenes que vemos.
En el centro de la retina encontramos la mácula, un área pequeña que permite el enfoque central y es responsable de la visión detallada, leer, coser, etcétera.
Las diferentes enfermedades retinianas que afectan a este tejido tienen graves consecuencias en la visión y en algunos casos pueden llegar a causar ceguera.
Otra parte importante del ojo es el vítreo, que es un gel transparente que inicialmente esta unido a la retina y que con el paso del tiempo se va desprendiendo de la misma. Cuando se desprende el vítreo de la retina de forma brusca el paciente nota una gran tela de araña acompañado o no de destellos de luz. Es importante en este momento descartar la presencia de desgarros de la retina.
Las enfermedades de la retina más comunes son las vasculares y las degenerativas, entre las vasculares están la retinopatía diabética y la oclusión venosa de la retina, y entre las degenerativas fundamentalmente la degeneración macular asociada a la edad.
La degeneración macular, la enfermedad de la retina más habitual
La degeneración macular asociada a la edad es la más común, aunque existen otros tipos. Concretamente, en España se detectan 26.000 nuevos casos cada año y es la causa más importante de ceguera por encima de los 65 años.
Esta patología afecta directamente a la mácula, por lo que el paciente comienza a ver imágenes borrosas, zonas oscuras o deformes. El paciente pierde la capacidad de ver los detalles de los objetos y comienza a tener problemas a la hora de leer o coser.
Esta patología puede ser de tipo seco, es la forma más benigna y la más frecuente (en un 90% de los casos). Esta se produce cuando las células de la mácula se deterioran sin presencia de liquido o sangre. Se produce una pérdida de visión lentamente progresiva.
También puede ser húmeda, es menos habitual, tan sólo se da en un 10% de los casos, en estos casos se generan vasos sanguíneos anormales por debajo de la retina que filtran líquido o sangre y genera una deformidad en la retina. Este tipo produce una perdida de visión mas rápida y severa, además de la presencia de deformidad de las imágenes.
Todas las enfermedades degenerativas suele ser progresivas y suelen desarrollarse debido al envejecimiento natural del ojo, es por ello que, a mayor edad, mayor probabilidad de desarrollarlas.
Otras enfermedades comunes de la retina
Otras enfermedades que afectan gravemente a la salud visual son la retinopatía diabética y la tracción vitreomacular.
La primera de ellas, común entre personas que padecen diabetes, causa un daño en los vasos sanguíneos. La segunda se produce por la tracción que a veces produce el vítreo sobre la mácula en el proceso de separación del vítreo de la retina. El agujero macular suele ser el resultado de una tracción vitreomacular severa.
El desprendimiento de la retina también es muy habitual. En estas situaciones la retina se despega de la parte periférica y a veces posterior del ojo. El líquido acuoso del vítreo traspasa la retina (normalmente a través de un desgarro) y se acumula debajo impidiendo que ésta funcione correctamente. Uno de los síntomas que siente el paciente en la fase inicial(cuando se produce el desgarro) es la aparición de moscas o destellos luminosos, pero cuando la retina ya se desprende se nota como un velo o tela negra que afecta nuestra visión periférica y que suele ir avanzando.
En algunas ocasiones, el gel del vítreo proyecta sombras sobre la retina, que hacen que el paciente vea puntos o manchas en la visión (manchas o moscas flotantes). La aparición de estas manchas normalmente no comportan ningún problema , pero si ocurre de forma brusca conviene explorar la retina en ese momento, a fin de descartar algún desgarro en la misma.
Los oftalmólogos insisten en la necesidad de realizar chequeos regulares a partir de los 40 años para detectar precozmente las enfermedades visuales y evitar su evolución hasta fases irreversibles.