El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. En 2020 se verán afectadas por esta patología ocular unos 76 millones de personas. Un diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado consigue evitar la ceguera en el 90% de los casos.
Cada 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma que busca llamar la atención de la sociedad sobre una enfermedad silente en muchos casos y muy grave. Los oftalmólogos de nuestra clínica recuerdan la importancia de realizar revisiones anuales, especialmente a partir de los 40 años, para detectar a tiempo el glaucoma y poder frenar su evolución.
“No existe forma de prevenir el glaucoma”
La Dra. Reñones explica que el glaucoma no se puede prevenir por lo que una detección temprana es vital, ya que se diagnostica a tiempo se puede evitar la pérdida de visión y, si ya se ha producido pérdida de visión, se puede frenar su evolución.
Recuerda que es una enfermedad que aún no tiene cura, por lo que una vez diagnosticado, hay que hacer al menos dos revisiones cada año.
¿Qué perfiles tienen más riesgo de presentar glaucoma?
El glaucoma puede afectar a todas las personas, aunque hay ciertos factores de riesgo que incrementan las probabilidades de desarrollar esta patología. Entre ellos destacan:
- Tener más de 40 años
- Antecedentes familiares directos de glaucoma
- Haber sufrió un traumatismo en los ojos
- Haber utilizado o usar corticoides
- Personas con miopía
Quienes presenten estos factores de riesgo deben comenzar las revisiones periódicas antes de los 40 años.
El número de casos de glaucoma aumenta por el envejecimiento de la población
En Canarias un 2% de los mayores de 40 años tienen glaucoma. Este porcentaje aumenta hasta el 3% en personas mayores de 60 años. “Las cifras irán en aumento debido al progresivo envejecimiento de la población, ya que es una enfermedad que aumenta su frecuencia a medida que se envejece”, explica la doctora.
El glaucoma provoca un deterioro del nervio óptico
Bajo el término glaucoma se aglutinan diversas enfermedades que tienen en común el deterioro progresivo del nervio óptico debido, en la mayoría de los casos, al incremento de la presión intraocular.
El glaucoma no presenta síntomas en las primeras fases y tampoco se aprecia una pérdida de visión. El problema radica en la detección tardía, que implica una pérdida de visión irreversible.
El tratamiento, según explica la doctora, tiene como finalidad reducir la presión intraocular con fármacos, láser o cirugía para conservar la visión. “La terapia farmacológica es la más extendida, aunque existe una alternativa que puede evitar o disminuir las necesidades de colirios diarios, la trabeculoplastia láser (SLT)”, añade.
Ésta es una técnica segura que consigue reducir la presión intraocular y el número de colirios necesarios en el tratamiento.