La retinopatía diabética es la principal causa de ceguera en personas con diabetes. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Diabetes que se celebra cada 14 de noviembre, Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico ha querido hacer hincapié en la importancia de controlar adecuadamente esta enfermedad, de gran incidencia en Canarias y con importantes problemas para la salud general de quienes la padecen.
Unos 300.000 canarios padecen diabetes, de los cuales unos 70.000 están aún sin diagnosticar. De ellos, el 92% tiene diabetes mellitus tipo 2 (DM2), caracterizada por la resistencia a la insulina y consecuente alteración del metabolismo de la glucosa, frente a la diabetes tipo 1 (DM1), en la que el cuerpo no produce insulina. Las Islas afrontan una alerta general por la concurrencia de factores de alto riesgo, como son la pobreza, la obesidad y la diabetes, las tres relacionadas entre sí y en las que el Archipiélago es líder a nivel nacional y de su entorno.
¿Cómo afecta la diabetes a la visión?
La diabetes es causa de numerosas enfermedades oculares, siendo la retinopatía diabética la más frecuente e invalidante por la repercusión anatómica y funcional que tiene. Por este motivo, Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico, cuenta con una Unidad de Diabetes Ocular en la que se lleva a cabo una colaboración conjunta entre un oftalmólogo especialista en retina y un especialista en endocrinología y nutrición, con la intención de dar la atención integral que precisan estos pacientes.
La retinopatía diabética, asociada a un mal control de la diabetes
Entre el 13 y 14% de la población en Canarias es diabética y dentro de este grupo el 20-30% va a tener algún grado de retinopatía diabética.
“Lo lamentable es que un gran número de pacientes con diabetes aún no saben que lo son y por tanto, no pueden tratar ni prevenir esta enfermedad”, comenta el Dr. Miguel Reyes, oftalmólogo y responsable de la Unidad de Diabetes Ocular de Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico.
Añade el doctor que son muchos los pacientes que acuden a la consulta con retinopatía diabética y ni siquiera saben que padecen esta enfermedad. “Casi más que prevenir la retinopatía diabética, es importante diagnosticar de forma precoz la diabetes, ya que de esta forma se puede tratar adecuadamente y reducir el riesgo de que aparezcan manifestaciones oculares, entre otras consecuencias”, afirma.
La importancia de las revisiones oftalmológicas periódicas
En los pacientes con diabetes es imprescindible un riguroso seguimiento oftalmológico, ya que generalmente, la retinopatía diabética no provoca síntomas hasta que la lesión es severa. La revisión oftalmológica en diabéticos de tipo 1 debe realizarse a los 3-5 años del diagnóstico.
En cambio, los diabéticos de tipo 2 deben comenzar a realizar revisiones oftalmológicas desde el momento en que se diagnostica la enfermedad. Tras este primer examen, todos los pacientes deben someterse a una revisión oftalmológica anual, en el caso de que no se observe ninguna lesión.
El oftalmólogo propondrá revisiones de control en función de la pérdida de visión de cada paciente. En cualquier caso, es deseable diagnosticar la retinopatía antes de que aparezcan síntomas. Es especialmente aconsejable que las mujeres embarazadas y las personas con un mal control metabólico de la diabetes realicen estas revisiones.
El 55% de las personas con diabetes no controlan correctamente la enfermedad
El 55% de las personas que padecen diabetes no llevan un buen control de la enfermedad, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones u otras patologías. Entre las complicaciones más frecuentes de la diabetes se encuentran, por este orden, la retinopatía diabética, la cardiopatía isquémica y las neuropatías.
En cuanto a las complicaciones oculares, los pacientes con diabetes también tienen muchas probabilidades de desarrollar glaucoma o catarata.
La importancia del endocrino en el manejo de la diabetes
El endocrino es el médico especialista que diagnostica y trata las enfermedades de las hormonas, del metabolismo y de los problemas nutricionales. El endocrino se encargará de desarrollar una estrategia para que el paciente con diabetes tenga un buen control de su enfermedad. Para ello, realizará una valoración del paciente desde un reconocimiento físico hasta comprobar los datos de registros de los controles de glucosa como las dosis en cuanto a la administración de la insulina. Y será el encargado de solicitar analíticas periódicas para verificar que el estado de salud del paciente sea el correcto.