La Degeneración Macular Asociada a la Edad o DMAE es la principal causa de ceguera en personas mayores de 65 años. Es una enfermedad neurodegenerativa y hereditaria que afecta a la mácula, la zona de máxima visión de la retina.
Los síntomas más frecuentes que alertan del desarrollo de esta patología son:
- Visión central borrosa, es decir, hay problemas para leer, ver la televisión…
- Sensación de ver las líneas rectas torcidos, como pueden ser las puertas, ventajas, televisión o las farolas.
- Cierta dificultad para apreciar las profundidades o alturas. Por ello observan los objetos en formas y tamaños anormales. Esto genera problemas a la hora de bajar escaleras.
- Manchas oscuras en la visión central.
Estos son signos generales. Sin embargo, según el tipo de DMAE que presente el paciente pueden aparecer otra serie de síntomas como estos:
- DMAE seca. También pierde agudeza visual.
- DAME húmeda. El paciente ve las líneas rectas onduladas y puede aparecer un punto que causa pérdida de la visión central.
¿Por qué aparece la DMAE?
Es una patología relacionada con el envejecimiento natural del ojo, por ello no se puede actuar directamente contra la enfermedad.
Sin embargo, hay una serie de factores modificables que empeoran el pronóstico del DMAE y sobre los que si se puede actuar. Estos son:
- Hábito tabáquico
- Hipertensión arterial
- Dislipemias
- Exposición prolongada a la luz solar
- Obesidad
¿Qué diferencia hay entre el DMAE seco y húmedo?
La DMAE seca es la forma más habitual de esta patología. Se caracteriza por una pérdida progresiva a lo largo de los años de la visión central. Por ello, es importante realizar revisiones periódicas que permitan su diagnóstico temprano.
La causa de este tipo de DMAE se encuentra en el envejecimiento y adelgazamiento de la mácula.
Por otro lado, la DMAE húmeda es el tipo más grave de esta patología. En estos casos hay un cambio brusco en la visión debido a las hemorragias y acúmulos de líquido en la mácula. Esto ocasiona cicatrices y perdida grave de la visión central. Además, crecen nuevos vasos sanguíneos bajo la mácula (membrana neovascular).
¿Se puede tratar?
Para lograr el mejor pronóstico de la enfermedad es vital un diagnóstico y tratamiento en fases precoces. El tratamiento siempre será personalizado para cada paciente, ya que cada uno de ellos tendrá una respuesta diferente al mismo.
En ciertas formas de DMAE seca se recomienda aplicar vitaminas antioxidantes, especialmente en aquellos pacientes que han sufrido una DMAE húmeda en el otro ojo.
En los casos de DMAE húmeda se debe iniciar lo antes posible el tratamiento con antiangiogénicos intraoculares, siendo el aflibercept (eyla) o ranibizumab (lucentis) los más empleados.
Tras las primeras inyecciones se puede apreciar una rápida mejora, pero es importante continuar con las inyecciones el tiempo necesario. Además, al ser una enfermedad crónica se requiere de revisiones y tratamientos de forma permanente.