El 14 de noviembre se celebra como cada año el Día Mundial de la Diabetes, con el fin de poner el foco de atención en esta enfermedad, en sus síntomas y en sus complicaciones. Una de las complicaciones más frecuentes es la Retinopatía Diabética, la principal causa de ceguera en la población comprendida entre los 25 y 65 años.
La retina
La retina tiene la misión de transformar las imágenes que vemos del exterior en impulsos bioquímicos, que se transmiten a través de la vía óptica hasta llegar a la corteza cerebral, donde se procesan finalmente todas las imágenes que vemos.
Cualquier alteración que se produzca en la anatomía de la retina va a tener una repercusión en la función de la misma, que el paciente normalmente percibe como una pérdida de la agudeza visual si afecta a la mácula y/o del campo de visión si afecta a la retina periférica.
Son por desgracia muchas las enfermedades que pueden dañar a la retina pero por su frecuencia en nuestro medio las más importantes son la retinopatía diabética (RD) y la degeneración macular asociada a la edad(DMAE).
Retinopatía Diabética
La Retinopatía Diabética es la principal causa de ceguera en la población comprendida entre los 25 y 65 años, población muy joven y en edad laboralmente activa. Podemos comprender la grave repercusión que esto tiene en los enfermos y familiares sobretodo desde el punto de vista físico, psíquico, social y laboral.
Vamos a entender un poco mejor en qué consiste esta enfermedad para poder prevenirla y tratarla adecuadamente.
La Retinopatía Diabética afecta sólo a los diabéticos, inicialmente a los pequeños vasos de la retina y finalmente a los más gruesos y también a la propia retina , con importante daño en la anatomía y en la función en mayor o menor grado.
La Retinopatía Diabética empieza después de años de evolución, estando el comienzo y severidad de la enfermedad directamente relacionado sobretodo con el mal control de la glucosa, pero también con los niveles de lípidos, la hipertensión arterial y la función renal.
Sabemos que a partir de los 20 años de diabetes el 80% van a tener algún grado de retinopatía diabética, pero es la severidad de la misma la que marca el pronóstico visual y la necesidad o no de tratamiento.
Cuando se alteran los pequeños vasos sanguíneos que rodean la mácula puede producirse un escape de líquido que se acumula en las capas de la retina produciendo lo que llamamos edema macular , que se manifiesta como visión borrosa o pérdida de la agudeza visual. El edema macular es una manifestación más de la Retinopatía Diabética y su frecuencia aumenta con la severidad de la retinopatía diabética. La importancia del edema macular es que es la principal causa por la que los diabéticos pierden visión.
Otro motivo por el que se puede producir una pérdida importante y/o brusca de la visión en la Retinopatía Diabética es por la hemorragia del vítreo o el desprendimiento de retina traccional, que ocurren en pacientes con retinopatía diabética en fase avanzada, lo que denominamos la retinopatía diabética proliferante. Ésta es la principal causa de ceguera en la diabetes, y requiere un tratamiento urgente para evitar que esto ocurra.
Los tratamientos que se recomiendan en la actualidad para mejorar el pronóstico visual de nuestros pacientes, afectados por edema macular y/o retinopatía diabética proliferante se muestran a continuación:
- Buen control glucémico y de otros factores de riesgo. Para ello contamos con la ayuda de especialistas en endocrinología y nutrición, nefrólogos y médicos de familia.
- Laserterapia focal en determinados casos de edema macular tratable con láser.
- Panfotocoagulación retiniana con láser en casos de retinopatía diabética proliferante.
- Inyecciones intravítreas de antiangiogénicos en caso de edema macular con importante afectación central y pérdida visual.
- Inyecciones intravítreas de corticoides (dexametasona) en caso de edema macular con importante afectación central y pérdida visual.
- Inyecciones intravitreas de antiangiogénicos en determinados casos de retinopatía diabética proliferante.
- Cirugía intravítrea mediante vitrectomía, siempre que exista importante componente traccional que afecte a la mácula, una hemorragia vítrea densa o se acompañe de determinados desprendimientos de retina.
Es posible y recomendable en ocasiones la combinación de los diferentes tratamientos disponibles para conseguir el mejor resultado .
El uso de antiangiogénicos intraoculares ha permitido mejorar de forma importante la pérdida de agudeza visual motivada por el edema macular y también disminuido el riesgo de ceguera secundario a retinopatía diabética proliferante.
Por este motivo se ha convertido en el tratamiento más extendido para esta enfermedad en todo el mundo.