La Degeneración Macular Asociada a la Edad es una enfermedad neurodegenerativa y hereditaria que afecta a la zona de máxima visión de su retina, denominada Mácula. Esta patología provoca la pérdida de la agudeza de la visión central, tan necesaria para ver los objetos con claridad y realizar actividades como leer, ver la televisión o conducir que requieren ver con gran detalle.
En nuestro país es la causa más frecuente de ceguera por encima de los 50 años. La sufren más de 800.000 personas en España, para frenar su avance es fundamental el diagnóstico precoz. Su prevalencia aumenta exponencialmente a partir de los 70, además de su gravedad y bilateralidad, sobre todo a partir de los 85. En pacientes con un ojo afectado por DMAE, el riesgo de que el ojo bueno también se afecte es de hasta el 40% antes de los 5 años.
Al estar asociada a la edad, muchas mayores que desarrollan esta enfermedad la consideran como un elemento más del proceso de envejecimiento natural del organismo. En Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico, la clínica de tus ojos en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, disponemos de una Unidad Oftalmológica especializada en problemas de la retina.
Tipos de DMAE
Existen tipos de DMAE:
- Seca o atrófica
- Húmeda o exudativa
En la DMAE seca o atrófica se sucede un deterioro de las capas externas de la retina. Aparecen pequeñas manchas blancas en la zona macular que producen una pérdida lenta de la visión central.
En ese supuesto, la degeneración es lenta y casi imperceptible, por lo que lo más probable es que quien lo sufre no sea consciente de su enfermedad hasta los estadios finales. Este tipo de DMAE lo forman el 85% de los casos.
Por el contrario, la DMAE húmeda o exudativa es menos frecuente, comprende el 15% de los casos, pero su avance es más rápido debido a la aparición de vasos sanguíneos anómalos que se desarrollan debajo de la retina. El principal signo de la presencia de la degeneración macular húmeda es que las líneas rectas parecen onduladas.
En ambos supuestos influyen factores genéticos, es hereditario en el 50% de los casos. El hábito tabáquico, la sobreexposición al sol y los problemas circulatorios son elementos que incrementan el riesgo de padecerlo.
¿Cómo se diagnostica la DMAE?
Los oftalmólogos especializados en retina diagnostican la DMAE a través de un exhaustivo examen de la visión que incluye:
- Prueba de agudeza visual en visión lejana y cercana.
- Test con rejilla de Amsler.
- Valoración en lámpara de hendidura de todas las estructuras oculares, se incide en la exploración de fondo de ojo bajo dilatación pupilar.
Además, es habitual que se necesiten pruebas de imagen, que quedan registradas mediante retinografía, autofluorescencia, tomografía de coherencia óptica (OCT), angio-OCT, y en ocasiones angiografía fluoresceínica o con verde de indocianina.
El test de la rejilla de Amsler consiste en una cuadrícula formada por líneas rectas horizontales y verticales, que se cruzan y tienen un punto en el centro. Esta prueba se puede realizar también en casa de manera sencilla y rápida. Para ello, se deberá:
- Con cada ojo por separado, mirar la cuadrícula a una distancia de 30-40 cm.
- Sin dejar de mirar el círculo central de la cuadrícula hay que valorar si las líneas rectas se aprecian rectas o deformadas, o si existieran manchas que no las dejen ver.
- Si en algún momento se perciben distorsionadas ciertas zonas en la rejilla, se deberá consultar con el oftalmólogo cuanto antes.
Tratamiento para DMAE húmeda
Cuando se presenta una DMAE húmeda es importante el diagnóstico precoz para iniciar cuanto antes el tratamiento y lograr el mejor resultado posible.
Para ello, se realiza un tratamiento utilizando inyecciones intravítreas de fármacos antiangiogénicos, siendo el aflibercept (eyleaÒ) o ranibizumab (lucentisÒ) los más empleados.
Con las primeras inyecciones ya se alcanza una rápida mejoría; pero la máxima agudeza visual se logra después de las tres primeras (dosis de carga). Es preciso continuar, normalmente, con inyecciones en periodos bimestral o trimestral, dependerá de cada paciente, si bien, también se siguen tratamientos personalizados.
Hay que tener en cuenta que cada paciente puede responder de diferente manera al tratamiento, debido a la influencia de factores genéticos, el tamaño de la lesión y los subtipos de DMAE húmeda. Además al tratarse de una enfermedad crónica requiere de múltiples revisiones y, a veces, tratamientos de forma permanente.
Existen algunas variantes atípicas de la enfermedad menos frecuentes en las que puede ser útil combinar el tratamiento antiangiogénico con otro tratamiento basado en láser térmico o terapia fotodinámica.
En los casos en que ya ha existido una DMAE húmeda en un ojo, se recomienda el uso de vitaminas antioxidantes, ya que ayudan a disminuir el riesgo de que se desarrolle en el otro ojo, pues un 40% de los pacientes con DMAE húmeda en un ojo la desarrollan en el otro ojo en al menos los 5 años siguientes, de ahí que desde que se observen cambios visuales se debe acudir urgente al especialista.
Hay que tener en cuenta que los supuestos de DMAE húmeda constituyen el 10% de todos los casos de DMAE y lo normal es que se derivan de la transformación de una DMAE seca previa.
Tratamiento para DMAE seca
Respecto a los supuestos de DMAE seca, no existe un tratamiento como tal que impida su posible aparición y desarrollo. Al tratarse de una enfermedad crónica será necesario realizar múltiples revisiones en función del tipo de DMAE seca que se trate –tipo de drusas fundamentalmente–, si ha desarrollado o no una DMAE húmeda en el otro ojo, para lo cual podrá requerir controles cada 4 o 6 meses, normalmente.
Hay que saber que en ocasiones la enfermedad progresa hacia una forma húmeda y hay que tratarla entonces con carácter urgente. También hay que tener en cuenta que el estudio AREDS ha demostrado que es útil tomar vitaminas antioxidantes con el objetivo de disminuir su progresión en formas intermedias de la enfermedad en uno o ambos ojos, o en formas avanzadas en un ojo.
En Vithas Eurocanarias Instituto Oftalmológico tu clínica oftalmológica en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, contamos con una unidad especializada en Retina y Vítreo formada donde trabajan profesionales capaces de diagnosticar y tratar todas patologías que afectan a estas estructuras oculares.
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