En estos casos se realiza un tratamiento mediante inyecciones intravítreas de fármacos antiangiogénicos, siendo el aflibercept (eyleaÒ) o ranibizumab (lucentisÒ) los más empleados.
Aunque después de las primeras inyecciones se alcanza una rápida mejoría, es preciso continuar con inyecciones de forma bimestral o trimestral dependiendo de cada caso en particular. Cada paciente puede presentar una respuesta diferente al tratamiento, siendo los factores genéticos, el tamaño de la lesión y los subtipos de DMAE húmeda los factores más determinantes.
En el caso de variantes atípicas de la enfermedad puede ser útil combinar el tramiento antiangiogénico con otro tramiento basado en láser térmico o terapia fotodinámica.
Se recomienda el uso de vitaminas antioxidantes si ya ha existido una DMAE húmeda en un ojo, a fin de disminuir el riesgo de desarrollarla en el otro ojo. Hay que tener en cuenta que un 40% de los pacientes con DMAE húmeda en un ojo la desarrollan en el otro ojo en un seguimiento de 5 años, motivo por el que deben acudir urgente desde que aprecien los cambios visuales comentados anteriormente.
No debemos olvidar que los casos de DMAE húmeda constituyen el 10% de todos los casos de DMAE y que éstos proceden normalmente de la transformación de una DMAE seca previa.